martes, 24 de julio de 2012

Capítulo VI: Presentaciones.

<<Riiing>> El timbre volvió a sonar.

-Mierda, ya han acabado los cinco minutos. Mrs. Brown estará a punto de llegar y como nos pille aquí...-dijo Savannah.

-Como os pille aquí seréis castigadas.-terminó diciendo una señora.-Muy bien Savannah, veo que te sabes cómo va ésto, ¿por qué será?-preguntó retóricamente.-No me suena tu cara, serás la nueva.-dijo dirigiéndose a Rachel. 

-Sí señora, es decir... Sí, Mrs. Brown.-respondió nerviosa. 

-Savannah, te has librado por ésta vez gracias a tu amiga la nueva. No te pasarás toda la clase copiando. Hoy haremos algo diferente...-dijo Mrs. Brown sonriendo. 

Savannah sintió el impulso de decir: <<No es mi amiga; es solo una chica extraña que ha irrumpido en mi habitación y la ha nombrado suya.>> Se calló, por lo menos así le quitaban el castigo. 

-Entra en clase Savannah.-le ordenó Mrs. Brown.-Tengo que hablar con tu amiga. 

Savannah obedeció sin rechistar, algo extraño en ella. 

-¿Cómo te llamas, querida?-preguntó Mrs. Brown. 

-Rachel, Rachel Blue.-respondió. 

-Rachel... Ten cuidado. No tratan bien a las nuevas. Cualquier problema que tengas, cualquier cosa que te hagan...Puedes acudir a mi. ¿De acuerdo?

-De acuerdo.-respondió Rachel.

Esa mujer, de unos cuarenta años, hablaba con sinceridad. Rachel presintió de inmediato que le habían echo daño cuando era niña. Así, que se dedicaba, además de dar clases de matemáticas, a ayudar a las novatas, hasta que se integraban. 
¿Podría Rachel Confiar en ella? Su instinto le decía que sí. 

-Ahora, entremos. Hoy no será una divertida clase de matemáticas. Nos dedicaremos a otra cosa.-dijo Mrs. Brown resaltando su asignatura. 

Mrs. Brown giró el pomo, abrió la puerta y entró, seguida de Rachel.

-Buenos días, niñas.-dijo sonriente. 

-Buenos días Mrs. Brown.-respondieron todas al unísono. 

-Niñas, hoy haremos algo diferente. Tenemos con nosotras a una nueva alumna...-dijo dirigiéndose a Rachel.-Preséntate querida. 

-Ho-Hola. Me llamo Rachel Blue. Vengo del St. Martina...-Rachel fue presentándose.-Y, bueno, eso es todo.

-Muy bien Rachel, siéntate en el sitio libre. Ése será tu sitio a partir de ahora. 

Rachel observó el aula. Tenía un escritorio de roble, una pizarra normal, otra digital; un gran escritorio para la profesora y sillas perfectamente talladas. Las paredes, blancas, estaban decoradas con posters de todas las asignaturas: ecuaciones, mapas geográficos... Era completamente normal salvo por un detalle. Un gran detalle. 

Las mesas, estaban separadas entre sí, pero a la vez estaban en grupos. Había cuatro filas de mesas, en seis columnas. Las primeras tres columnas estaban separadas de las otras tres por un ancho pasillo, al igual que las dos primeras filas de las dos últimas. En el centro del aula había un solo escritorio. Igual a los demás, pero apartado del resto. Ése era el de Rachel. 

Anduvo hacia el escritorio, bajo la mirada de todas las chicas. Se sentó y miró la mesa, ignorando todas las miradas, que se dirigían a ella. 

-Ahora, la representante de cada grupo dirá en voz alta los nombres de los miembros que lo forman, para que te los vayas aprendiendo.-le dijo Mrs. Brown a Rachel.-Empezaremos por las empollonas. 

Amber, a quien por desgracia ya conocía Rachel se puso en pie, se aclaró la voz y dijo:

-Buenos días Rachel. Yo soy Amber, aunque ya me conozcas, y mis compañeras son Brenda, Christine, Carol, Angie y Elisa.-fue numerando a la vez que cada una se ponía en pie.-Somos las de mejor nivel académico. 

Entonces, ése era su sitio; pensó Rachel. Las más inteligentes. Tendría que unirse a las empollonas y entablar amistad con ellas.

-Ahora, las pijas.-continuó diciendo Mrs. Brown.

Una de las chicas situadas al noroeste del aula se puso en pie. Era realmente guapa. Alta y bastante delgada. Tenía el pelo largo, rojizo y rizado; la piel muy blanca y los ojos azules. Llevaba el uniforme del internado rosa, como todas las pijas. Pero, para destacar entre las demás, el suyo brillaba. Llevaba unos tacones de aguja, por lo que parecía todavía más alta. Y sus libros, estaban forrados con papel de regalo rosa y ponían el nombre de la asignatura. Rachel se fijó mucho en su aspecto. Estaba muy maquillada y parecía haber salido de la peluquería.

-Hola, yo soy Megan. Encantada de conocerme, lo sé.-le dijo posando como una modelo.-Y mis queridas amigas son Amy, Emily, Cameron, Daphne y Alisson.-fue numerando a la vez que cada una ponía una pose de modelo diferente.-Somos las que mandamos. Las mejores. Nos encanta la moda y el diseño.

Rachel comenzó a dudar... A ella le encantaba la moda y el diseño. Quizás se sintiera cómoda en pijas.

-Las frikis...-continuó diciendo Mrs. Brown.

Una de las chicas situadas al suroeste se puso en pie. Era un poco baja, con el pelo muy largo y de un rubio blanquecino. estaba recogido en dos coletas bajas y sueltas. Y se podían apreciar grandes enredos. Se podía ver a una chica guapa detrás de esas enormes gafas redondas. Parecía delgada, pero no estaba segura, porque llevaba un uniforme extremadamente grande para ella. Llevaba unas botas grises, sucias y con los cordones desatados. Se fijó en un detalle. Usaba cables como collar. Y tenía la mesa llena de ellos.

-Hola, ¿qué hay?-preguntó la chica con una voz muy aguda.-Yo soy Érika y mis C.C. son April, Ginger, Elsa, Karla y Clothilde.-las chicas a las que iba nombrando ni se molestaron en levantarse. Estaban completamente enganchadas a aparatos informáticos. La mayoría tenía los ojos rojos y todas tenían un aspecto desaliñado.-Lo sabemos todo acerca de programas informáticos, libros electrónicos, álbumes digitales... Todo. 

Rachel también entendía de eso. Seguro que no tanto como aquellas chicas, pero entendía. Y con ellas podría aprender más sobre todo eso. Cada vez estaba más confusa.

-Y, por último, las góticas. 

Savannah, con actitud, puso los pies encima del escritorio. Cogió un bolígrafo y, a la vez que señalaba, sin mirar, iba diciendo...:
-Alexa, Electra, Charlene. Deborah y Agnès.-las chicas la miraron sombríamente.- Nos gusta la música, la oscuridad, dormir de día y salir de noche. Además de ir siempre de negro. 

Rachel se quedó totalmente confusa. A ella también le gustaba la música, quizás no la misma que a las góticas, pero le gustaba.  Se sentía incómoda en lugares oscuros y sombríos, pero no tenía miedo. Le gustaba mucho dormir y también salir de noche. Y el negro era uno de sus colores favoritos. 

-Bueno querida...Tendrás que elegir un grupo.-dijo seriamente Mrs. Brown.-¿Cuál prefieres? 

lunes, 9 de julio de 2012

Capítulo V: Conociendo a Savannah.

Rachel se quedó extrañada. ¿Qué le haría aquella desconocida? Lo poco que sabía de ella era su nombre. Tenía pinta de psicópata. Su presencia no le agradaba mucho. Se alejó de ella y se acercó al desordenado escritorio, fue retrocediendo sin mirar a atrás, alejándose de Savannah, hasta que...

-¡Ah! ¿Qué es esto?-se sobresaltó Rachel.

Giró llevándose la mano a la nuca y observó la pared. Una fotografía de una chica muy guapa estaba pegada  a ella, la cual estaba rodeada de insultos. También estaba agujereada y un par de dardos atravesaban los ojos de la chica. Con eso se chocó.
Rachel cada vez lamentaba más que le hubiera tocado una psicópata como compañera, pero debía ser lo más amable posible con ella, pes veía venir que no sería bueno tenerla como enemiga.

-¿Quién es ella?-dijo Rachel señalando la fotografía y rompiendo el silencio.

-La peor persona que podrías encontrarte en un vida, una falsa y superficial.-respondió con rabia Savannah.-Es inaguantable. La odio. 

-¿Por qué? ¿Qué te ha hecho?-preguntó curiosa Rachel.

-Cuando la conozcas, no tendrás que hacerme ninguna de esas preguntas. Créeme.-respondió Savannah segura.

-¿De qué la conoces?

-Es mi hermanastra, por desgracia. Mi madre murió cuando yo nací, y mi padre se volvió a casar. El pobre es tonto y se casó con una horrible mujer que tenía una horrible hija. Esa mujer nos internó aquí en cuanto cumplimos la edad necesaria para entrar. Posiblemente, nuestro odio hacia esa mujer sea lo único que tenemos en común ella y yo, además del apellido.-relató con ira Savannah.-Por cierto, se llama Megan y es la reina de las pijas, por así decirlo. 

-Vaya... Siento mucho lo de tu madre y tu historia.-respondió tristemente Rachel.

-No lo sientas, no fue culpa tuya.-sonrió Savannah.-¿Y tus padres qué? ¿Son como los de la mayoría de aquí? ¿Unos idiotas que pasan de sus hijas?-preguntó Savannah.

-Pues... No. Mis padres murieron cuando era pequeña y mi madrina me acogió, pero no puede quedarse conmigo por motivos de trabajo.-respondió apenada.-Por eso, en parte, estoy aquí. 

-Vaya, pues... Yo también lo siento.-dijo avergonzada Savannah por las preguntas que le había echo a Rachel momentos antes.

-No lo sientas, no fue culpa tuya.-respondió Rachel diciendo lo mismo que Savannah anteriormente.

Las dos se rieron al ver que tenían algo en común. Una trágica historia y la pérdida de seres queridos. No era para reírse, pero detrás de esas sonrisas había un ''me hubiera gustado tener una familia.''

Después de un largo silencio, Savannah habló:

-Bueno, ¿entonces qué? ¿Cambiamos tu look?-preguntó decidida.

-Verás, no es que no me guste tu estilo, pero... Prefiero el mío. Me gusta ponerme lo que quiera. Un día de negro y al día siguiente de rosa. No me importa. Puedo ir un día vintage y al día siguiente parecer pija o una empollona. No puedo etiquetarme en un estilo, porque soy una persona a la que le gustan muchos estilos diferentes. Y me gusta combinar cosas de diferentes estilos. Tengo un estilo propio, un tanto extraño y difícil de definir. Y, la verdad, no quiero cambiarlo.-respondió Rachel segura.

Rachel tenía que a Savannah le hubiera molestado su sinceridad pero no fue así.

-De acuerdo, no importa. Bueno, no me importa a mi. A ti te importará cuando pasen unos días y te des cuenta de lo que ocurre. No te estoy amenazando, solo trato de ayudarte. Te hará falta. Sé lo que digo...-dijo Savannah sombríamente.

Ambas guardaron silencia hasta que escucharon un fuerte timbre y un mensaje:

<<Alumnas del centro, las clases comienzan en cinco minutos. Quien llegue tarde, será castigada.>>

-Venga, vámonos. Más nos vale llegar a tiempo.-dijo inmediatamente Savannah.

Ambas bajaron corriendo las escaleras y se fueron directas a las taquillas. Cogieron sus respectivos materiales y se dispusieron a entrar en clase, cuando...


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En el siguiente capítulo conoceremos a Megan y el ambiente de clase.
Espero que os haya gustado este capítulo, aunque haya sido más corto que los otros, pero lo que ocurre después se merecía estar en un capítulo aparte.
Besos, y muchas gracias por leer. :)